El programa de pago a proveedores como instrumento de inyección a la empresa
- Ayer se presentó el nuevo libro de Ricardo Martínez Rico, editado por el Instituto de Estudios Económicos “El programa de pago a proveedores como instrumento de inyección de liquidez a la empresa”. - El acto se enmarco en el encuentro organizado por el Instituto de Estudios Económicos, junto a la Fundación Rafael del Pino y Equipo Económico, titulado ‘Financiación del crecimiento y la sostenibilidad de la recuperación’. - Durante el Diálogo se trataron las reformas necesarias para la economía española. |
Madrid, 02 de diciembre de 2021. El Instituto de Estudios Económicos, la Fundación Rafael del Pino y Equipo Económico organizaron ayer un encuentro titulado ‘Financiación del crecimiento y la sostenibilidad de la recuperación’. Durante el acto se presentó el nuevo libro de Ricardo Martínez Rico, Presidente de Equipo Económico, ‘El programa de pago a proveedores como instrumento de inyección de liquidez a la empresa’, el cual ha sido editado por el Instituto de Estudios Económicos.
Vicente José Montes Gan, Director de la Fundación Rafael del Pino, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes, para dar paso a Íñigo Fernández de Mesa, Presidente del Instituto de Estudios Económicos, que presentó el libro el cual surgió como una iniciativa de política económica, en un contexto marcado por la aguda crisis internacional iniciada en 2007. Su objetivo fundamental era pagar las facturas debidas y deudas acumuladas durante la crisis por las Administraciones Territoriales con sus proveedores de bienes y servicios, suministrando así una potente inyección de liquidez al tejido empresarial español.
Seguidamente se abrió el diálogo en el que intervinieron, además de Ricardo Martínez Rico, José Carlos García de Quevedo, Presidente del Instituto de Crédito Oficial, y José María Serrano Sanz, Catedrático de la Universidad de Zaragoza y académico de la Real Academia de Ciencias Morales, moderados por Ana Samboal.
El libro, y su análisis durante el acto, transportó a los asistentes a la anterior crisis, con los déficits gemelos (fiscal y exterior) disparados, con una destrucción de medio millón de empleos al año y una gran parte del sector financiero prácticamente en quiebra. En este contexto, fue primordial el programa de ‘Pago a proveedores’, que se evalúa en dicho libro, cuya iniciativa, en tanto que permitió una inyección de liquidez al tejido empresarial, supuso la supervivencia de miles empresas. Estas reflexiones sirven, a su vez, para abrir el debate sobre la financiación a las empresas españolas en la presente fase del ciclo económico, tras la pandemia del COVID-19.
Se analizan las diferencias entre ambas crisis, que presentan un punto de partida totalmente heterogéneo. La primera, fue una crisis estrictamente económica, se partía de un gran desequilibrio externo y del sistema financiero. Por su parte, esta segunda, ha sido una crisis sobrevenida, por un factor exógeno a la economía, una crisis sanitaria, dónde el sector público está altamente endeudado y con menos margen de actuación que en el año 2008. También se menciona el distinto papel de la política monetaria en ambos episodios. Si bien en la pasada crisis el BCE tardó más en reaccionar, obligando, de alguna manera, a que los gobiernos de los países miembro tomaran algunas medidas drásticas para generar confianza en los mercados, en la crisis pandémica la respuesta ha sido rápida, aliviando en gran medida la situación y localizando los tipos de interés históricamente bajos.
Ello trae a colación otro punto de gran relevancia en este momento que también fue abordado durante el Dialogo: las reformas necesarias para la economía española. La primera, que la sostenibilidad de las pensiones no pasa por aumentar las cotizaciones sobre las empresas, sino por favorecer la creación de empleo. La segunda de las medidas propuestas es la reforma fiscal en España. Entre otras cuestiones, las excesivas regulaciones existentes en este ámbito suponen un obstáculo al crecimiento, lo que da lugar a una gran cantidad de pequeñas empresas que no superan los 50 empleados. Si se eliminaran este exceso de trabas y trámites, se atraerían más inversiones, mejoraría nuestra productividad y nuestro crecimiento potencial a largo plazo, al tiempo que se incrementarían. Y, por último, se plantea también como fundamental la reforma de la Administración Pública, mejorando la eficiencia del gasto, como vía para conseguir la necesaria consolidación fiscal a medio plazo.