- El Estudio señala que los servicios suponen alrededor del 70% del PIB español.
- Un 76% del total de ocupados en España pertenecen al sector servicios, más de 13 millones de personas, según la última EPA.
- El valor añadido de los servicios incorporados a las exportaciones brutas de España supera, como media, el 50%.
Madrid, 10 de febrero de 2015. El Instituto de Estudios Económicos, junto con CEOE y la Secretaría de Estado de Comercio, han presentado el estudio
“Exportaciones españolas de servicios: evolución, retos y perspectivas”, de Juan Ramón Cuadrado Roura, Catedrático de Economía Aplicada. En el acto han estado presentes José Luis Feito, Presidente del IEE; Juan Rosell y José María Lacasa, Presidente y Secretario General de CEOE, respectivamente; Jaime García-Legaz, Secretario de Estado de Comercio; y el autor de la publicación. Esta obra, editada por el IEE y patrocinada por el ICEX y CEOE, indica que los servicios suponen alrededor del 70% de la economía española, tanto desde el punto de vista del número de ocupados como por su contribución al PIB. Según los últimos datos de la EPA, proporciona ocupación a 13.371.000 personas, el 76% del total de ocupados en España, cuando en el año 2007 sólo superaba ligeramente el 70%. Sin embargo, es un sector que durante años no ha recibido la atención que su propio peso requería, aunque este hecho se ha sido corrigiendo progresivamente desde mediados de los años noventa. Desde el punto de vista de la balanza de pagos española, el turismo ha representado siempre el papel de sector líder. A su singular aportación se han sumado, entre otros, los transportes y las comunicaciones. Pero España cuenta con más posibilidades de exportación y, en algunas actividades, cuenta ya con una presencia internacional muy destacada, como sucede en el ámbito de los profesionales y empresas dedicadas a la consultoría de negocios y de carácter técnico o arquitectónico. Son, asimismo, muy relevantes los servicios prestados en otros países mediante la creación de sucursales o empresas filiales. Además, gracias al excelente nivel y creatividad de muchos profesionales, España ‘exporta’ actualmente servicios culturales muy diversos, como films, series televisivas y juegos informáticos. Hay que tener en cuenta, además, que las exportaciones españolas de bienes y manufacturas incorporan un elevado volumen de servicios que son imprescindibles para producir dichos bienes y venderlos en otros países. Este es un aspecto muy relevante y poco conocido. La nueva serie de estadísticas de Valor NOTA DE PRENSA Añadido del Comercio, que está produciendo la OCDE con la colaboración de la Organización Mundial de Comercio, permite afirmar algo tan importante como que el valor añadido de los servicios incorporados a las exportaciones brutas de España supera, como media, el 50%. En otras palabras, que al exportar bienes de cualquier tipo (producidos por la industria o el sector agrario), los servicios que están incorporados en los mismos suponen la mitad de su valor, como media, un porcentaje que está por encima de los de Francia, Holanda, Austria, Suecia, Italia y Alemania. La publicación quiere subrayar que “los países no exportan, quienes exportan son las empresas”. Por tanto, para entender por qué un país exporta más que otro o por qué las exportaciones crecen más rápido en unos países que en otros, hay que analizar las variables que determinan el comportamiento exportador de las empresas y qué es lo que determina su ‘intensidad’ exportadora. Se han analizado los datos disponibles y no explotados anteriormente sobre cómo son las empresas que exportan servicios, qué exportan y a qué mercados acuden. Entre los resultados del estudio, encontramos que las empresas españolas de servicios que más exportan son las que lo hacen a más mercados, pero no con más tipos de servicios sino altamente especializadas. El estudio refleja que el tamaño de las empresas es importante, pero no es necesario que sean empresas grandes sino que hay bastantes de tipo mediano que operan internacionalmente con éxito. Se subraya que uno de los defectos graves del sector, desde el punto empresarial, es el claro predominio de las microempresas (más del 84%) y de las pequeñas empresas (12,6%). De hecho, los datos indican que las empresas españolas que más exportan son las medianas (más de 50 empleados) y las grandes. La consecuencia de este reducido tamaño es la baja competitividad, la reducida productividad y la menor capacidad que tienen las pequeñas empresas para internacionalizarse. Por el contrario, la productividad por trabajador sí que es una variable determinante, como también lo son la calidad y la novedad de los servicios que ofrecen. Así mismo, la inversión en I+D+i que realiza cada empresa juega un papel decisivo para poder exportar, como sucede también con la ‘diferenciación’ del servicio respecto a los que ofrecen las empresas competidoras del propio país o las que ya existen en el país destinatario. También se analizan dos sectores de servicios que son claramente exportadores: las actividades relacionadas con el turismo y el sector de servicios a las empresas, uno de los más dinámicos a escala mundial, y en el que también las empresas de ingeniería, arquitectura, diseño y consultoría en general están destacando más en los últimos años. En definitiva, este libro está basado, en muy alta medida, en el análisis empírico, con unas conclusiones que son positivas pero que también sugieren campos en los que España puede avanzar y conquistar nuevos mercados.
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