IEE en los medios
Artículo de opinión de Almudena Semur, Coordinadora del Servicio de Estudios del IEE, en el diario digital El Empresario, el 20 de abril de 2017
Hace casi cinco años nuestro país se colocaba al borde del rescate con una prima de riesgo desbocada que se situaba en sus máximos históricos, a la vez que Eurostat nos daba la mala noticia de que el déficit en 2011 había ascendido al 8,5 %, frente al 6,6 %, comprometido por el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Las instituciones europeas nos apremiaban a hacer los deberes en un paisaje invernal, gélido y desolador. Era cuando nos visitaban “los hombres de negro” con sus maletines, y de su veredicto dependía que se recuperase la confianza en nuestro país. Había que sacar a nuestro país de aquel atolladero, restaurar el tejido productivo, detener la destrucción de empleo y, sobre todo, recuperar la confianza. Fueron años de mucho sacrificio, el camino fue difícil pero entre todos lo conseguimos.
Hoy puedo escribir con júbilo que nuestro país ha pasado la larga travesía del desierto y que estamos viviendo un ciclo expansivo, o una época de vacas gordas, pero acompañado de una serie de incertidumbres que no controlamos, provocadas por una amalgama de agentes que no dudan en invocar oleadas proteccionistas como solución a los problemas domésticos sin preocuparse en saber cómo funcionan las leyes del mercado. Y es justamente por esta incertidumbre que nos acecha por la que tenemos que seguir corrigiendo los desequilibrios. Llegará algún día la época de vacas flacas y tendremos que estar preparados para que nuestra caída sea menor.
Centrándonos en el crecimiento económico de nuestro pais, acabamos el 2016 ascendiendo más de lo previsto, un 3,2%. La demanda nacional aportó 2,8 puntos mientras que la demanda externa contribuyó con medio punto. Las exportaciones crecieron a un ritmo del 4,4% mientras que las importaciones alcanzaron una tasa anual del 3,3%. El buen tono del sector exterior, junto con el abaratamiento del petróleo y el tirón del turismo, pusieron la guinda a nuestra balanza por cuenta corriente que alcanzó un superávit del 2% del PIB, lo que supone el nivel más alto de la serie histórica y homologable iniciada en 1995, y que lentamente, ayudará a reducir nuestro endeudamiento frente al resto del mundo.
En cuanto a las previsiones de crecimiento para el año en curso, la desaceleración que todos esperábamos, ni está, y por ahora no se las espera. Prueba de ello es que el FMI acaba de aumentar la previsión de crecimiento de nuestro país a un 2, 6% para este año y a un 2,1% para el 2018. Lo que pone de manifiesto que las previsiones de crecimiento del gobierno se han quedado cortas, a la vez que sitúa a nuestra economia como la que más crece de las cuatro grandes de la eurozona. El BBVA por su parte, también acaba de elevar la previsión de crecimiento del PIB hasta el 3% para el 2017 y 2,7% para el 2018. Son buenas noticias sin duda, y dicho sea de paso, debería motivar para ser más ambiciosos con el objetivo de déficit.
Nuestro crecimiento es ahora más equilibrado y robusto apoyándose en la fortaleza del empleo, que sigue favoreciendo el dinamismo de la demanda interna. Los agentes económicos han recuperado la confianza no solo por tener cerrada su financiación a tipos bajos, sino por la estabilización del precio del petróleo. Hemos conseguido ser intensivos en la creación de empleo, en los últimos doce meses ascendió a 604.000 personas (+3,5%). Sin embargo no hay que caer en la autocomplacencia. Todavía tenemos una gran lacra como es la alta tasa de desempleo, de las más elevadas de la Unión Europa. Según las previsiones de primavera que acaba de publicar el Instituto de la Economía Mundial volveremos a registrar una caída considerable de la tasa de paro en el 2017 que se situara en el 17,4%, pero todavía estamos lejos del promedio para el conjunto de países de la UE, 8,0%
Por último, no querría dejar de mencionar a nuestro sector exportador, que a pesar de que en un inicio representó una alternativa a la deprimida demanda interna, los datos demuestran que en el período 2010/2014 , se ha producido un incremento del 35,2% en el número de operadores que realizaron actividades de exportación, y lo que es más significativo, el 91,4% de las empresas lo hicieron de forma regular, lo que apunta a un cambio de patrón en nuestra economia, dirigida hacia una mayor internacionalización de nuestro tejido productivo