IEE en los medios
[highlight style="light"]Artículo de opinión de Almudena Semur, Coordinadora del Servicio de Estudios del IEE, en El Economista, el 1 de marzo de 2014.[/highlight]
[sc_embed_player fileurl="https://archive.org/download/testmp3testfile/mpthreetest.mp3"]
Con el fin de cambiar el sombrío paisaje que ha asolado a nuestra economía y reducir el desempleo, objetivo primordial en nuestro país, han sido varias las medias aprobadas por nuestro gobierno con el objeto de impulsar la actividad económica y continuar con la senda del crecimiento tímidamente iniciada en los dos últimos trimestres del año 2013.Las medidas aprobadas, no nos sacaran inmediatamente de la crisis. Hay que tener paciencia. Pero lo que si harán es acortarla. Aunque para algunos pueda parecer un brindis al sol, no cabe la menor duda de que las mismas van encaminadas a impulsar el mercado de trabajo, dar un respiro nuestras empresas, que son las nos sacaran de la crisis, así como mejorar la competitividad de las mismas.
La reducción de las cotizaciones a la seguridad social durante dos años, estableciendo una tarifa plana a las empresas de 100, 75, o 50 euros euros al mes, por cada contrato indefinido realizado, siempre y cuando haya incremento de plantilla y que se mantenga durante tres años. Supondrá un ahorro aproximado para el empleador del 75% en sus cotizaciones a la seguridad social, sin que para el trabajador suponga pérdida alguna de sus garantías, ya que seguirá percibiendo todas las prestaciones sociales presentes y futuras. Esta medida no sólo reactivara el mercado de trabajo, objetivo primordial, sino que puede aportar más recaudación a nuestras arcas públicas. Ya sea porque con la creación de empleo neto un mayor nivel de cotizantes contribuirá al sostenimiento del Estado mediante el pago del IRPF, ya sea porque el Estado deberá hacer frente a un menor número de prestaciones por desempleo. O ya sea porque éste estimulo pueda atraer a todos aquellos que con sus prácticas empresariales se encuentran a extramuros de la economía formal con los obstáculos al crecimiento económico y a la creación de empleo que la misma supone. Además es `posible que la misma derive en un futuro posibles incrementos de consumo y de recaudación por IVA.
Con esta medida, así como con las otras anunciadas: Plan Estratégico de Internacionalización de la Economía Española 2014-2015, que sin lugar a duda apoyara la eficiencia de las empresas en el exterior. O con los cambios de normativa para fomentar la financiación y mejorar la liquidez empresarial, medidas que fortalecerán la financiación no bancaria para pymes, así como con la reforma de la normativa concursal mediante la cual se facilitara que las empresas con viabilidad reestructuren sus deudas. Lo que se pretende es un cambio de modelo de nuestro desarrollo económico que a su vez nos permita crecer. Solo creciendo, siendo robustos y fuertes crearemos empleo.
Atrás quedaran aquellos en los que nuestro país se comportó como un nuevo rico cualquiera cometiendo muchos excesos. Recuerde el lector que nos permitíamos por ejemplo, importar mano de obra a la vez que teníamos un desempleo cubierto con el seguro de desempleo, lo que hacía que el parado no tuviera el menor estimulo de incorporarse a un mercado laboral en el que probablemente ganaría menos que lo que cobraba por el desempleo. Era cuando crecíamos a golpe de demanda interna endeudándonos hasta las cejas con tal adquirir el último grito en deportivos extranjeros de alta gama. Con tales adquisiciones, subía nuestra demanda interna, pero lo que también subía era el PIB del país que producía el coche en cuestión, no el nuestro. En fin, aquellos años locos que no volverán nunca jamás, hicieron que nos olvidáramos de la demanda externa lo que irremediablemente debilitó nuestra capacidad de crecimiento exterior convirtiéndonos en poco competitivos tanto en precio como en tecnología, a la vez que nos endeudábamos sin parar.
Tras cinco años de dolor, hemos aprendido la lección. Seguimos en un proceso de desapalancamiento y nuestras empresas han ido ganando competitividad a base de reducir los costes laborales unitarios e incrementando su productividad. Y por otro lado, hemos recuperado la confianza de los inversores extranjeros: sin ir más lejos en diciembre se registraron entradas netas de capitales por cerca de 20.000 millones de euros, la tercera cifra más alta de todo 2013 (168.528 millones acumulados desde sep-12) Pero a pesar de todas estas ganancias adquiridas, no podemos relajarnos. De ahí que no deje de ser chocante que en estos momentos incipientes de tibia recuperación, se esté frenando la corrección en la mejora de la competitividad. El freno en los avances de productividad (1,5% interanual) supone el menor aumento desde el año 2008, y si le unimos el repunte de las remuneraciones (O,8%) primer aumento en cinco años. Nos encontramos con que los costes laborales unitarios han crecido por primera vez en cinco años (1,2%). No nos confiemos. Solo tendremos un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, si la competitividad es el centro de atención. De ahí que debamos seguir con paciencia y tesón, la agenda reformista trazada.