IEE en los medios
[highlight style="light"]Artículo de opinión de Almudena Semur, Coordinadora del Servicio de Estudios del IEE, en el diario Expansión, el 12 de noviembre de 2014[/highlight]
Curiosamente, el mismo día en que Merkel apelaba a la unidad de los pueblos durante el 25 aniversario del muro de Berlín alabando la fuerza que la Unidad alemana había traído a su país, a la vez que invocaba a construir una Eu-ropa unida y edificada sobre valores comunes–, una consulta ilegal, de valor estéril, se desarrollaba en tierras catalanas. Porque la consulta no era un referéndum, ni suponía el ejercicio de autodeterminación del pueblo catalán, y por supuesto ni la intencionalidad, ni el formato, ni el coste electoral, ni la pregunta, ni el marco jurídico que la impulsaba la hacían equivalente al referéndum escocés, ni a ninguna otra reconocida por el derecho internacional, como se apresuraban a decir sus impulsores ante los visos de ilegalidad de la misma.
Probablemente a más de un soberanista le hubiera gustado que las fuerzas de seguridad hubieran actuado para impedir la consulta. Pero la mejor noticia de ese aciago día fue sin lugar a duda la ausencia de alterca-dos, así como que sus impulsores no pudieran presumir de que el resulta-do de esa votación ilegal fuese un éxito cuando sólo participo un tercio del censo después de haberse volcado en una gran campaña institucional y mediática durante dos años.
Después de tanto desencuentro hay que volver a empezar y arreglar el gran dislate ocasionado. No es bueno que el problema se enquiste en estos momentos, en el que nuestro país comienza a crecer tras el severo ajuste sufrido. Por ahora las multinacionales están tranquilas, sin producirse deslocalizaciones de empresas. Pero de lo que no cabe la menor duda es de que en un escenario en el que Cataluña fuera independiente, además de salir de la eurozona y no tener acceso a las líneas de liquidez del Banco Central Europeo, sufriría una severa caída en el comercio.
La evidencia empírica demuestra que en los casos de desintegración de algunos Estados en el Este de Europa, la caída de los intercambios comerciales osciló entre el 35% y el 50%, incluso cuando la desmembración se produjo de mutuo acuerdo. Esta caí-da del comercio repercutiría sin lugar a dudas en el empleo. Un estudio de Sociedad civil catalana cifra la perdida en hasta 343.000 empleos (12% del empleo total). Conviene remarcar que –dependiendo del sector de actividad– entre el 25% y el 40% de la producción, el valor añadido y el empleo de Cataluña proceden de su relación comercial con el resto de España.
Será difícil desmantelar creencias muy arraigadas en Cataluña alimentadas a lo largo del tiempo, creencias que incluso han hecho mella en aquellos que no son partidarios de la independencia, pero que piensan que los problemas económicos de su región vienen por su pertenencia a España y porque España les roba. Todo ello sin tener en cuenta que la brusca interrupción de la expansión economía española provocó que entre 2007 y 2009 los gastos de todas las comunidades autónomas se disparasen a las vez que los ingresos se desplomaban, no siendo hasta 2012 y 2013 cuando se empezó a recortar de forma más intensa el gasto burocrático. Por poner un ejemplo, durante la última década, el incremento del gasto total no financiero en Cataluña superó los 2,5 puntos del Producto Interior Bruto.
Será complicado mostrar a ese ter-cio de la población el hecho de que no se puede anhelar la independencia a la vez que Cataluña está siendo rescatada por el Estado Español a través de una líneas de crédito con unas condiciones mucho mejores que si tuviera que financiar su deuda en el mercado.
Todo ello sin contar con la ayuda recibida por el Plan de Pago a Provee-dores, un fondo que durante 2012 y 2013 sirvió para que las distintas ad-ministraciones territoriales hicieran frente al pago de multitud de facturas. El importe de ambas ayudas ascendía ya en octubre de 2014 a 108.496 millones de euros.
Sin embargo, el reparto de los fon-dos no ha sido homogéneo. A la cabeza está Cataluña, que ha recibido 36.588 millones de euros (23.468 del Fondo de Liquidez Autonómico, 6.453 del Plan de Pago a Proveedores, y 6.667 de otras medidas). Todo ello supone que de cada 100 euros de los recursos extraordinarios que la Administración Central del Estado ha prestado a las administraciones territoriales, 33,72 euros han ido a parar a Cataluña. Es cierto que esto se podría deber a un efecto tamaño, puesto que Cataluña tiene más población que otras regiones españolas y, por ende, el tamaño de su administración territorial es mayor que el de otras. Sin embargo, si medimos el importe de las medidas extraordinarias en términos per cápita podremos ver que Cataluña es la segunda comunidad autónoma que mayores ayudas ha recibido del Estado central, con 1.635,81 euros por persona, sólo superada por la Comunitat Valenciana, con un importe de 1.750,56 euros por persona. Y superando de lejos a la tercera Comunidad Autónoma con mayores ayudas, Castilla-La Mancha (1.302 euros por persona).
Tanto España como Cataluña llevan varios trimestres consecutivos de crecimiento. La economía catalana creció un 0,5% entre julio y septiembre. La recuperación se sustenta en la demanda externa que tomó el relevo al sector exterior. La comparativa internacional continúa situando a España como una de las áreas más dinámicas. Entre enero y julio de 2014 las exportaciones españolas registraron un incremento de mayor magnitud al registrado en la zona euro (0,9%), Francia (-1,7%) y el Reino Unido (-15,1%), aunque inferior al de Alemania (3,3%). Fuera de la región, las exportaciones de Japón aumentaron un 3,3% y las de los Estados Unidos un 3,2%. Las exportaciones totales de bienes y servicios catala-nas crecieron (3,5%), aunque ralentizaron su ritmo de avance. Pero aun así fue superior al del total de España.
Por el lado de la demanda, en Cataluña, el consumo de los hogares volvió a aumentar y a una tasa más eleva-da que en el trimestre anterior (2,2%), a la vez que el consumo público y la Formación Bruta de Capital –la inversión– se incrementaron, un 1,6% y un 0,5% respectivamente. Al igual que en el conjunto de España, la demanda de bienes de equipo creció fuertemente (5,9%) durante el segun-do trimestre del año. Además, el consumo de los extranjeros en territorio catalán mantuvo su crecimiento (2,5%). Mientras tanto, las importaciones totales de bienes y servicios volvieron a aumentar fuer-temente, creciendo a una tasa del 9,2%, y también se incrementó el consumo de los residentes catalanes en el exterior (3,2%).
Desde el punto de vista de la oferta, cabe destacar, que continuó el crecimiento de la industria en Cataluña (1,5%) y que el sector servicios pre-sentó una evolución positiva por tercer trimestre consecutivo (2,0%). El valor agregado del sector agrícola, a diferencia del sector agrícola para el total de España, aumentó, aunque a un ritmo sensiblemente menor que en el período anterior.
En Cataluña, el empleo en el segundo trimestre se incrementó en 79.300 personas (la tasa de ocupación es del 50%) y aumentó el número de activos en 9.600 (la tasa de actividad es del 62,7%). La tasa de paro, por su parte, cayó del 22,1% al 20,2%. Los datos son los que son y hablan por si solos. En estos momentos no podemos permitirnos volver a caer en el pozo. Juntos sumamos. No destruyamos lo que tanto ha costado construir.