IEE en los medios
[highlight style="light"]Artículo de opinión de Almudena Semur, Coordinadora del Servicio de Estudios del IEE, en El Economista, el 25 de octubre de 2014.[/highlight]
Nuestra economía lleva cinco trimestres consecutivos de crecimiento, y justo ahora que Europa se desacelera, hete aquí que las previsiones de nuestro crecimiento se consolidan. Pero no hay que ser triunfalistas. Siempre puede aparecer una gran falla que lastre nuestro crecimiento. Hace apenas una semana, parecía que los mercados financieros trajeran señales de nuevas tragedias. Hecho que hay que analizar, por supuesto. Pero resulta necesario distinguir entre los datos de nuestra economía real y las convulsiones sufridas que al fin y al cabo, bien podían ser debidas al ajuste de los mercados tras un periodo dilatado de cotizaciones al alza.
No cabe lugar a duda que se ha producido un cambio de tendencia, y que el escenario en que nos movemos presenta las bases para el optimismo, tanto por los desequilibrios corregidos a base de reformas, como por la mejora de la competitividad. Prueba de ello son los últimos datos de la EPA. Se ha creado empleo tanto en términos trimestrales como interanuales, haciendo descender la tasa de paro hasta valores del 23,7%. El impulso ha venido de la mano del sector privado, siendo la industria la que ha acelerado más el ritmo de crecimiento de los ocupados con un incremento del 3,5% desde el -0,1% anterior. Lo que confirma la recuperación paulatina del sector industrial. De lo que se trata ahora es de seguir creando empleo en todos los sectores y que el mismo sea de calidad.
Como decía, hay factores que apoyan el crecimiento. A saber, la reforma fiscal tendrá un impacto en la renta disponible de las familias y empresas que estimulara el consumo o el ahorro. La política expansiva del Banco central europeo reactivara el crédito y la liquidez. No obstante, existen dudas en cuanto a la efectividad de esta última medida ya que el motivo de que no crezca el crédito no es la falta de liquidez, sino la ausencia de demanda solvente debido al alto endeudamiento de los agentes privado. Y si a esto le unimos las buenas perspectivas del entorno internacional, siendo las perspectivas de crecimiento para EEUU positivas de cara al 2015, y las europeas, a pesar de haberse revisado a la baja, serán mayores que en 2014. Tenemos parte de los ingredientes, sí hacemos las cosas bien.
Para que nuestro crecimiento sea sostenido, tenemos que seguir con el proceso de reformas y revertir la senda de crecimiento de la deuda pública. Algunas de las iniciadas, comienzan a dar sus frutos. La reducción de los costes laborales, unida a los propios mecanismos del ciclo económico – desaparición de las empresas más ineficientes y, por tanto, aumento de la cuota de mercado de las empresas que han sobrevivido, ha hecho que las empresas recuperen sus márgenes, saneen su balances y generen excedentes con el que financiar inversión. Lo que ha llevado a un fuerte repunte en los bienes de equipo financiado con los propios beneficios empresariales, no con un endeudamiento, lo que favorece que éste siga reduciéndose a un ritmo significativo.
El crédito, ha comenzado a fluir, tanto a familias para la adquisición de vivienda, como para el consumo –como a pequeñas y medianas empresas, pero dentro de un contexto de desendeudamiento; esto es los flujos de amortización siguen siendo muy superiores al nuevo crédito de modo que el volumen de deuda siga descendiendo. Este proceso debe completarse , ya que el elevado volumen actual de deuda frente al exterior hace a nuestra economía mas vulnerable a los tipos de interés .
La aportación del sector exterior que durante toda la crisis fue positiva , ha retrocedido fundamentalmente por el fuerte repunte de las importaciones derivado de la recuperación de la demanda interna, de modo que el saldo superavitario alcanzando el año pasado, disminuirá , aun y así, las exportaciones seguirán avanzando.
A pesar de que tenemos que ser cautos y tener muy en cuenta en cuenta la desaceleración de la eurozona, cuando sufrimos la recesión y a más de uno se le escapó una furtiva lágrima por el ajuste sufrido, poco nos beneficiaron las cifras de crecimiento de nuestros vecinos. Era cuando nos robaban mercado. Hoy por el contrario a base los ajustes y reformas, es obvio que les estamos robando mercado. Aun y así, la victoria nunca está ganada para que nuestra recuperación sea sostenida.