Skip to main content
15/07/2012

La deriva regulatoria

IEE en los medios
  • Compartir
[highlight style="light"]Artículo de Joaquín Trigo, Director General del IEE, publicado el 15 de julio en el suplemento Dinero de La Vanguardia [/highlight]   La actividad económica prospera en el marco de la ley, de una normativa que se conoce, se respeta, se mantiene a lo largo del tiempo y se adecúa a los cambios en las innovaciones, la movilidad de las personas, la apertura al exterior etc. Por el contrario, la profusión de leyes y decretos. La introducción de diversas instancias, supra e infra nacionales generan nuevas obligaciones que requieren tiempo para conocerlas y entenderlas así como asistencia especializada y costosa en muchos casos. Lo peor es que esas leyes innecesarias con sus correspondientes cargas, estaban reconocidas y descalificadas la práctica y la sabiduría. Así, en el s. 18 Thomas Hobbes en su “Leviatan” decía que las leyes innecesarias no son buenas leyes sino trampas para coger dinero. Por su parte, en el s. 19, J. R. McCulloch en sus “Principles of Political Economy” consideraba que ni la regulación arbitraria, ni las decisiones de las legislaturas pueden añadir nada al capital del país: solo pueden forzarle a en vericuetos artificiales.   España desde la recuperación de la libre elección del gobierno(s) es un caso claro de expansión múltiple de normas e instancias. En los años 2008-2010 el número de páginas de los Diarios y Boletines Oficiales publicados por las CC. AA., sin contar los números extraordinarios, alcanzaron el número de 697.244 en el primer año, 736.305 el 2º y 867.466 el tercero. A estas cifras hay que añadir el BOE con cifras, en los mismo años de 68.505, 274.257 y 258.068. En el último ejercicio se superaba el millón, pero si se añade también la producción de la UE, la cuantía es aún mayor. El cálculo de estas cifras se hace más difícil desde que algunos –con criterio de ahorro- han pasado a ofrecerlo en vías telemáticas, a veces sin numeración de páginas. El aumento de normas requiere un aumento adecuado de medios para supervisar el cumplimiento de las exigencias que comportan y penalizar los comportamientos transgresores.   La calidad de las normas, y la de quienes vigilan su cumplimiento se degradan con la profusión excesiva. Así se llega a situaciones que perjudican a muchos con poco o ningún beneficio y, a veces, beneficio para quien consigue que se legisle según su interés. Al tiempo los propios custodios bordean los lindes, como cuando varios ayuntamientos participan en empresas, cada una controlada por uno y participada por los otros. Ninguna supera la cuota que la obliga a asumir una responsabilidad completa, pero puede obtener más financiación bancaria de la que tendría si tuviera la propiedad plena.   La norma, bajo la apariencia de humanidad, puede servir para alterar la competencia. La UE exige que los camiones que transportan cerdos vivos paren cada cierto tiempo. Los que tienen que hacer un trayecto tienen un coste mayor y su competitividad, por lo tanto, baja. En esta actividad se han impuesto que los lechones tengan juguetes. Un ganadero ejemplar recibió una inspección que alabó la calidad de sus instalaciones pero había de multarle por la falta de juguetes. El profano se pregunta, ¿qué es un juguete para un cerdito?, ¿será distinto en el caso de uno de granja que uno de monte?. El hecho es que la norma está aprobada y que la inspección está para hacer que se cumpla, también cuando verifica que el transporte de estos animalitos debe hacerse con paradas de tiempo estipulado. En casos afines la multiplicación de la misma exigencia crea costes y tiempos innecesarios, por ejemplo llevar un caballo desde Huelva hasta Gerona lleva siete días porque hay que inspeccionar en las siete CC. AA. por las que pasa.   Cuando la norma abarca todo y se puede alterar bajando a un nivel de barrio, ocurre que en una misma ciudad hay distintos horarios comerciales según los barrios. En algunos se autoriza la apertura de restaurantes y en otros no. El profesor francés Pascal Salin escribió que el valor de nuestra casa está en manos del alcalde. En algunas ciudades españolas está en las del técnico del distrito. En una de estas se otorgó un premio para mejorar un área deprimida y parte del premio era llevar la idea a la práctica … sin haber acordado nada con la propiedad. En otra una gasolinera informó a la policía del nuevo nombre de la calle en que está y la respuesta telemática inmediata –para que constase por escrito- fue que se cerrasen de inmediato hasta nueva orden … en realidad solo se había cambiado el nombre de la calle.   El Cabildo de una isla canaria es propietario de casinos, cría ganado vacuno … y tiene otras actividades atípicas. No es el único que tiene actividades económicas. Otros son propietarios de edificios que venden o alquilan. Otros, expropian sin contar con medios para compensar …todos regulan. El resultado es que España ha salido de la parte alta de la lista de países con más libertad económica que elaboran los institutos norteamericanos Cato y Fraser. La causa exceso de normas y deterioro de la protección a las personas y a sus bienes de la agresión de terceros.