El IEE ha presentado la revista 'Marco institucional y crecimiento económico'
[highlight style="light"] La publicación ofrece una imagen panorámica de las principales aportaciones de la Nueva Economía Institucional. En el trabajo se ha analizado la calidad institucional en España. Amadeo Petitbò defiende que lo realmente importante en una conducta anticompetitiva son sus efectos sobre el mercado. [/highlight] El Instituto de Estudios Económicos ha presentado esta mañana el número 2 del año 2011 de la Revista del IEE titulada Marco institucional y crecimiento económico. En la citada publicación, a través de sus nueve artículos, se ofrece una imagen panorámica de las principales aportaciones de la Nueva Economía Institucional, así como de la aplicación de su enfoque a diversas cuestiones de la economía mundial. El acto ha sido inaugurado por José Luis Feito, Presidente del IEE. En esta obra se ha repasado la trayectoria seguida por la Nueva Economía Institucional desde su origen hasta los nuevos teóricos. Así mismo, se ha destacado la cultura como un elemento que forma parte del amplio marco institucional que determina el devenir económico. Se ha analizado también el papel de la economía intuitiva, popular o folkeconomics, término que hace referencia a la popularización de determinados conceptos económicos profundamente desviados del conocimiento económico científico. Esta publicación analiza los indicadores elaborados por diferentes instituciones internacionales que ponen de manifiesto la mala calidad institucional de España, como refleja el mal comportamiento del mercado de trabajo. Pero no solo el modelo de crecimiento español es el responsable de esta situación sino también la errónea regulación y en articulación del mercado laboral español. La educación, la formación y el capital humano constituyen otro factor institucional que influye sobre el funcionamiento del mercado de trabajo y de la economía. El tercer factor institucional es la capacidad de emprendimiento, que depende de elementos como el elevado grado de aversión al fracaso que existe en nuestro país, la valoración social negativa que recibe quien ha iniciado un proyecto que no ha funcionado, o la falta de reconocimiento de que la responsabilidad del destino de un individuo reside básicamente en él mismo, y no en el Estado. Amadeo Petitbò, expresidente del Tribunal de Defensa de la Competencia, ha intervenido en el acto, poniendo de relieve la importancia de que estos organismos funcionen conforme a criterios adecuados. La autoridad de defensa de la competencia ha tomado siempre sus decisiones sobre la base, fundamentalmente, de un análisis jurídico, lo cual es un error, y pide el replanteamiento de esta aproximación de forma que se considere tanto el análisis económico como el jurídico. Así, el autor defiende que lo realmente importante, en una conducta anticompetitiva, no es la conducta en sí misma sino sus efectos sobre el mercado. Esto exige de las autoridades de defensa de la competencia el manejo de las herramientas del análisis económico, y un estudio profundo, en cada caso, del impacto de la conducta bajo examen sobre la competencia. Petitbò lamenta que no sea este el enfoque predominante en la jurisprudencia, conforme a la cual no es necesario dicho análisis, y la simple realización de una práctica que teóricamente puede dañar a la competencia es suficiente para dar lugar a la sanción correspondiente, independientemente de que dichos efectos anticompetitivos se hayan materializado o no. El acto ha sido clausurado por Joaquín Trigo, Director General del IEE, que ha destacado la relación entre el marco institucional y el crecimiento económico, que constituye un campo de estudio amplio y fructífero, que nos proporciona las herramientas de análisis para comprender los mecanismos de funcionamiento básicos de un sistema económico, y para aproximarnos al estudio de los problemas económicos concretos y a la búsqueda de soluciones.